Contents
¿Cuál es la diferencia entre un maestro y un pedagogo?
Cuál es la diferencia entre pedagogía y docencia: educar o enseñar 🖋️ ¿Estás por iniciar tu carrera universitaria y te interesa saber más de la licenciatura de pedagogía? Si es así, en este artículo conocerás la diferencia entre pedagogía y docencia, así que, ¡no te vayas sin antes leer esto! La pedagogía y la docencia son dos ramas que se relacionan directamente con la educación y el aprendizaje de las personas.
- Las características principales de la pedagogía son la reflexión y la investigación constante sobre los procesos educativos, la aplicación de diferentes estrategias y metodologías de enseñanza, el análisis de las necesidades, características de los estudiantes y la promoción del desarrollo integral de los individuos.
- ¿Qué es la docencia? 📚
- La docencia se centra en la aplicación práctica de la pedagogía, en la transmisión de conocimientos y habilidades a los estudiantes, en la evaluación del aprendizaje y en la adaptación de las estrategias de enseñanza a las necesidades de los estudiantes.
- La diferencia entre pedagogía y docencia es la siguiente 👀
- 👉 La diferencia principal entre la pedagogía y la docencia es que la primera es una disciplina teórica, mientras que la segunda es una disciplina práctica.
- 👉 La pedagogía se enfoca en el estudio de los procesos educativos, las teorías del aprendizaje y la formación de los individuos.
- 👉 La docencia se enfoca en la aplicación práctica de las teorías y estrategias de enseñanza para lograr que los estudiantes aprendan.
Es común que las personas confundan la pedagogía y la docencia porque ambas tienen que ver con la educación y están estrechamente relacionadas. Además, los docentes deben tener conocimientos pedagógicos para poder aplicar las estrategias de enseñanza de manera efectiva.
- La pedagogía es una excelente carrera universitaria para las personas que les gusta todo lo relacionado con la educación y el aprendizaje.
- Esta disciplina permite a los estudiantes desarrollar habilidades como la investigación, el análisis y la reflexión crítica sobre los procesos educativos.
- Además, una carrera en pedagogía puede abrir múltiples oportunidades laborales, tanto en el ámbito educativo como en el de la investigación y la consultoría educativa.
Ahora ya sabes cuál es la diferencia entre pedagogía y docencia, así que si quieres seguir aprendiendo más sobre esta y otras carreras te invitamos a explorar el blog de ISEC en donde mes con mes encuentras información nueva y muy relevante. ¡Déjate guiar por el camino del conocimiento junto a ISEC!
- Si estás interesado en estudiar la, ISEC tiene el mejor plan de estudios en el cual cursarás las siguientes materias:
- ✅ Comunicación y Educación
- ✅ Didáctica
- ✅ Pedagogía
- ✅ Investigación Pedagógica
- ✅ Sistema Educativo
- ✅ Entre otras.
¿Quieres saber más? ¿Te anima la idea de estudiar pedagogía y apoyar a otros en su aprendizaje? ¡Sé un agente de cambio con ISEC e inicia cursando una carrera con verdadera vocación! Infórmate sobre horarios, costos de inscripción, plantel, etc. ¡Comienza a consolidar tus sueños profesionales en la mejor Contáctanos al (55) 50631300 o manda un WhatsApp al 55 7113 7882.
¿Qué Paes pide pedagogía?
Requisitos de ingreso Haber rendido la PAES y obtener puntaje promedio de las pruebas de Competencia Lectora y Competencia Matemática igual o superior al percentil 50. Si bien este puntaje varía año a año, para la admisión 2023 se considera un puntaje igual o superior a 502 puntos.
¿Cuánto tiempo dura la carrera de pedagogía?
¿Cuántos años son la carrera de pedagogía aproximadamente? – La carrera de pedagogía o licenciatura puede durar en promedio 4 años, Sin embargo, puede durar dependiendo el tipo pedagogía que se elija estudiar, Básicamente la carrera, se divide 3 etapas o módulos indispensables:
Etapa Básica : lógicamente, en esta etapa se adquieren conocimientos fundamentales y más básicos. Se cursan materias como: Planificación del Proceso de enseñanza, Diseño de estrategias educacionales, filosofía de la educación, entre otras. Etapa Mayor : En esta etapa ya se va perfilando la carrera, con materias más específicas de la profesión, por ejemplo: Fundamentos del Desarrollo cognoscitivo, psicología educativa, evaluación curricular. Etapa Axiológica : Otorga al futuro profesional herramientas que serán complemento para su acción educativa: Uso de Tic’s, Formación humana y ciudadana, comunicación oral y escrita entre otras.
Para conocer esto y mucho más, puedes formarte a nuestro lado y convertirte en una experta o.
¿Qué pruebas debo dar para estudiar pedagogía?
Todos los postulantes que quieran ingresar a un programa de primer año de Pedagogía deberán cumplir con al menos una de las siguientes vías de habilitación: 1. Haber rendido las pruebas de Comprensión Lectora y Matemáticas, además de una de las pruebas electivas y obtener un puntaje promedio en las pruebas obligatorias que ubique al postulante en el percentil 50 o superior.2.
- Tener un NEM que lo ubique dentro del 30% superior de su establecimiento educacional.3.
- Haber realizado y aprobado un programa de preparación y acceso de estudiantes de enseñanza media para continuar estudios de pedagogía en la educación superior (PAP) y haber rendido las Pruebas de Transición.
- Dependiendo de la vía de habilitación por la cual postulará va a depender de cómo se deberá realizar este proceso.
Por una parte, la postulación puede ser directa, donde la matrícula y admisión son definidos y realizados por cada institución. Y también puede ser centralizada, la cual corresponde al proceso que, el postulante debe realizar a través de la Plataforma Electrónica Única, considerando eso sí, dos requisitos fundamentales: 1.
- Rendir las Pruebas de admisión universitarias vigentes (las pruebas obligatorias y al menos una electiva) o tener un puntaje vigente a partir del proceso de admisión inmediatamente anterior.2.
- Obtener un puntaje promedio entre las pruebas obligatorias de 450 puntos como mínimo o tener un NEM que lo ubique dentro del 10% superior de su promoción en su establecimiento educacional.
Por otro lado, es fundamental informarse sobre los requisitos adicionales de ingreso que exige la carrera de pedagogía en la institución de su preferencia, como, por ejemplo, el puntaje promedio ponderado mínimo solicitado. Quienes tengan dudas pueden encontrar más información directamente en la plataforma de acceso en el sector buscador de carreras universitarias o en el Portal de Pedagogías
¿Cuántos aciertos pide la UNAM para pedagogía 2023?
Para obtener en tu examen los 128 aciertos posibles.
¿Cuál es el puntaje para estudiar pedagogía?
Solo para el Proceso de Admisión 2023, el puntaje asociado al percentil 50 será de 502 puntos. Conoce más sobre el mundo de las Pedagogías, infórmate y toma una mejor decisión para tu futuro como docente.
¿Cuándo será el concurso docente 2023?
Anuncian convocatoria al Concurso de Oposición Docente Focalizado 2023 para cubrir más de 10 mil plazas vacantes. El plazo para realizar el registro e inscripción inicia hoy, lunes 3 de julio, y culminará el jueves 3 de agosto de 2023.
¿Cuáles son los requisitos minimos para el concurso docente?
¿Qué requisitos de formación es necesario acreditar para participar en el Concurso Docente y de Directivos Docentes? Para participar en el concurso docente se requiere haber obtenido un título de licenciado o profesional, en una de las áreas de especialidad en que se impartirá docencia. : ¿Qué requisitos de formación es necesario acreditar para participar en el Concurso Docente y de Directivos Docentes?
¿Cómo postular para ser profesor?
¿CUÁLES SON LOS REQUISITOS PARA POSTULAR A LA PLAZA DOCENTE ESTE 2023? – Estos docentes deben acreditar tres requisitos generales:
Formación académica de acuerdo con la modalidad educativa, nivel o ciclo y área curricular, especialidad o campo de conocimiento de la plazaGozar de buena salud física y mentalTener menos de 65 años de edadAcreditar, además, los requisitos específicos de la plaza. Postulante educación técnico-productiva: el docente haya superado la evaluación de desempeño por la labor efectuada el año anterior, que la plaza donde laboró se encuentre vacante para el presente año y que no cuente con ninguna prohibición para asumir el cargo; de existir aún plazas vacantes, se convocará a la evaluación de expedientes.
¿Cuáles son las 3 funciones de la pedagogía?
Funcion pedagógica – José Manuel Touriñán – USC La función pedagógica es el ejercicio de tareas cuya realización requiere competencias adquiridas por medio del conocimiento de la educación; es una actividad específica, con fundamento en conocimiento especializado, que permite establecer hechos y generar decisiones.
Es una función necesaria para satisfacer la necesidad social de calidad de educación. Lo propio del profesional de la educación es la intervención pedagógica correspondiente a la función pedagógica para la que se ha habilitado. El reconocimiento social de la función pedagógica no proviene de la estimación social del ámbito en el que se ejerce la función (en este caso la educación) sino de la competencia para resolver los problemas que se plantean en el ámbito, y por tanto, del conocimiento de la educación y de su elaboración técnica.
Los profesionales de la educación ocupan un espacio social definido en el sistema educativo y compatible con la actuación de otros profesionales y con la de otros agentes de la educación. No todo profesional del sistema educativo es profesional de la educación, en tanto en cuanto sólo el contenido de la formación profesional de éste es siempre el conocimiento de la educación.
Desde la perspectiva, la F.P. se identifica lógicamente con la de un especialista que domina los conocimientos teóricos, tecnológicos y prácticos de la educación que le permiten explicar, interpretar, transformar y decidir la intervención educativa propia de la función para la que se habilita. Actualmente identificamos tres tipos de funciones pedagógicas: funciones de docencia, funciones de apoyo al sistema educativo y funciones de investigación pedagógica.
Cabría pensar que debiera añadirse la función educadora al cuadro de funciones pedagógicas, porque no es lo mismo educar que enseñar. Educar es, en efecto, la función más excelsa del pedagogo y esa función está asumida, desde la Pedagogía en cada una de las demás funciones, tanto desde la consideración de la educación como ámbito de conocimiento, como desde la consideración de la educación como acción.
Ahora bien, dado que hablamos de funciones pedagógicas en sentido estricto, debemos mantener la diferencia entre Pedagogía y educación y, precisamente por esa distinción, sería un error atribuir la función de educador de manera particular al pedagogo de carrera, como si no hubiera educadores que no son pedagogos.
Y esta afirmación, que acabamos de hacer, no debe tomarse como renuncia a la acción y a la competencia especializada y específica en la función pedagógica, sino como reconocimiento de responsabilidad compartida en la tarea educativa. Y así las cosas, salvando la responsabilidad compartida, también hemos de reconocer que en cualquier función pedagógica se incluyen competencias educativas, pues, por principio de definición nominal que hemos visto en el primer capítulo y por principio de finalidad en la actividad, ejercemos funciones pedagógicas y eso quiere decir que lo son, porque usan el conocimiento de la educación para educar: no se trata de enseñar, investigar y apoyar cualquier cosa, sino de enseñar, investigar y apoyar lo que educa, o sea, para educar.
En este discurso, la función educadora está presente como objetivo y cualidad en las funciones pedagógicas de docencia, apoyo al sistema educativo e investigación, que son tres funciones pedagógicas distintas entre sí. Entre sí son funciones distintas, porque desde el punto de vista de la comprensión lógica a cada tipo de función le corresponden unas características que no se le pueden quitar sin que pierda su sentido la función.
Además, son funciones complementarias respecto del sistema educativo, porque las tareas a realizar en cada caso, que tienen unas características exclusivas y requieren competencias pedagógicas diferentes, cubren cada una de ellas la realización de diferentes tareas en el sistema educativo.
- El núcleo pedagógico formativo es distinto para cada función y se diversifica también dentro de la misma función, a medida que se especializa la función genérica.
- Función pedagógica y profesión pedagógica no son exactamente lo mismo, pues una profesión puede desempeñar varias funciones al mismo tiempo; tal es el caso de la profesión de profesor, que requiere otras funciones además de la docencia (Touriñán, 1987, Estatuto del profesorado ).
: Funcion pedagógica – José Manuel Touriñán – USC
¿Cuántas ramas de pedagogía hay?
Oímos a hablar mucho de Pedagogía, pero ¿sabemos exactamente qué es? Se trata de la ciencia que estudia la metodología y las técnicas de enseñanza que se pueden aplicar para que los/as alumnos/as aprendan. Como toda ciencia, incluye una serie de ramas diferenciadas.
Artículo relacionado: ” ¿Por qué estudiar Pedagogía? 10 claves que deberías valorar ”
¿Qué es ser pedagogo hoy?
Un pedagogo es un profesional, titulado en pedagogía, experto en procesos educativos y de formación a nivel educativo y social a lo largo de la vida, dedicado a realizar intervenciones, diseñar planes y proyectos, así como a analizar y planificar la formación en diversos ámbitos.
¿Cuántos modelos pedagógicos hay y cuáles son?
Introducción Este artículo tiene como propósito presentar algunos planteamientos sobre el concepto de modelo pedagógico y describir su trayecto histórico. En términos generales puede decirse que toda práctica pedagógica está fundamentada en ellos y directa o indirectamente, regulan la subjetividad y el comportamiento de individuos y grupos en contextos socializantes o pedagógicos específicos.
Apelando al concepto de (Diaz 1990), entenderemos por práctica pedagógica “los procedimientos, estrategias y prácticas que regulan la interacción, la comunicación, el ejercicio del pensamiento, del habla, de la visión, de las posiciones, oposiciones y disposiciones de los sujetos en la escuela” (p.15).
En este sentido, podemos considerar que la práctica pedagógica es un dispositivo cultural a través del cual se realiza la transmisión selectiva de aquello que se considera un “que” legítimo en la escuela (Bernstein, 1998), En este artículo se desarrolla una descripción de la forma como los modelos pedagógicos que subyacen a las prácticas pedagógicas son el producto de una diversidad de discursos y prácticas que, como plantea Foucault (1972), “no son los mismos para las distintas sociedades, las distintas épocas y las diferentes formas del discurso” (p.67).
- El concepto de modelo pedagógico recrea lo que podría considerarse el espíritu pedagógico de una época, en la medida en que recupera dos dispositivos básicos de la reproducción social, el saber y la cultura.
- Por una parte, el saber que recrea significados que evocan las certidumbres (el conocimiento adquirido y consolidado en la historia a través de la educación) e incertidumbres (el conocimiento por producir, lo que hay por decir, las voces potenciales del cambio con el advenimiento de nuevos conocimientos) del tiempo.
Por la otra, la cultura puede considerarse el dispositivo más importante de reproducción social (Bernstein, 1998), Para este autor, la relación entre cultura y pedagogía es tan estrecha que es posible decir que la cultural es en sí misma un dispositivo pedagógico.
En el campo educativo, los cambios en las bases sociales han conllevado la proliferación de modelos pedagógicos y -con ellos- de definiciones que han producido su debilitamiento semántico. A manera de ejemplo, un solo registro de la definición de modelo pedagógico en Google arroja 9 millones 560 mil resultados.1 Por esta razón, en la actualidad se encuentra una diversidad de significados de modelos pedagógicos y una diversidad de estos, especialmente en el campo educativo, que devienen particularidades y dependencias del contexto en el cual se crean y desarrollan.
De allí la importancia de considerar la complejidad temática del concepto de modelo como referente fundamental de un proyecto educativo. Para efectos metodológicos, el artículo se organiza en tres secciones: en primer lugar, se conceptualiza sobre lo que se entiende por modelo y modelo pedagógico y cómo este último concepto fundamenta las diversas prácticas de formación en el espacio educativo formal.
- En segundo lugar, se describe brevemente el trayecto histórico de los modelos pedagógicos.
- En tercer lugar, se presentan consideraciones sobre las bases que configuran los modelos pedagógicos modernos y postmodernos.
- Finalmente, se elaboran algunas conclusiones y recomendaciones en relación con la importancia que tienen los modelos pedagógicos fundamentados en el principio de transversalidad.
La discusión es compleja, dada la diversidad de enfoques que hay sobre modelo, modelo pedagógico y sobre el tratamiento aislado de estos conceptos. Modelo y modelo pedagógico El concepto de modelo es relativamente complejo. El término posee diferentes significados que dependen del contexto donde es usado.
- Si bien su definición más corriente es la que hace referencia a la representación en pequeño de alguna cosa, esa representación varía de conformidad con el diseño que se elabora por quienes lo construyen (Badiou, 1968).
- Así, por ejemplo, en la arquitectura tenemos el modelo en miniatura de un edificio, o de un conjunto residencial.
El modelo del edificio lo representa, pero no es el edificio real. En la escultura un modelo es alguien que se debe copiar, etc. Un modelo económico representa un proceso a seguir que sirve de control sobre las actividades económicas. Así tenemos modelos en las Matemáticas, la Física, la Química, etc.
- Por esto Badiou (1968) plantea que “un modelo posee una existencia teórica y formal.
- Se organiza sobre estructuras y simula una realidad y la describe y explica a través de conceptos” (p.21).
- De esta manera, es posible encontrar modelos en la generalidad de la producción teórica.
- En ellos hay convergencia alrededor de la idea de que un modelo es un sistema conceptual abstracto, o una representación abstracta de la experiencia.
Desde la perspectiva de este autor, un modelo posee una existencia teórica y formal. Simula una realidad y la describe y explica a través de conceptos. Esto significa que un modelo no es la realidad misma. Solo la simula, la proyecta, la representa. Por esta razón, como se planteó atrás, es posible decir que un modelo corresponde al dominio de los conceptos y en este sentido es abstracto.
De allí su importancia como representación de algo (objeto, proceso, acontecimiento, práctica, etc.,) en los diversos campos de la vida social. En el campo educativo, la producción de modelos ha sido parte de la imprescindible necesidad de describir, explicar y prospectar las posibles formas de educar o -mejor dicho- las posibles formas de gestionar el conocimiento y la conducta o comportamiento de las generaciones jóvenes en una época determinada.
Esto ha conducido a que la historiografía de los modelos dé más cuenta de su instrumentalidad que de sus relaciones con el poder, el control, y de los intereses por adaptarlos a las tendencias y trayectorias sociales y económicas que dominan por largos períodos históricos.
- La acumulación conceptual, por lo general poco expuesta a la crítica, ha producido una especie de desgaste del concepto de modelo, debido a que se ha extendido a diversos subcampos como la economía (De la Garza y Neffa, 2011),
- Esto ha producido una confusión semántica en relación con los modelos que adoptan las instituciones.
Así, en el campo educativo es posible encontrar una diversidad de modelos (educativo, curricular, pedagógico, evaluativo, administrativo, institucional, etc.) que han tenido un efecto en el debilitamiento del concepto, y creado confusión entre los docentes y administrativos, pues todos se refieren a la educación.
Cualquiera que sea el enfoque subyacente, un modelo pedagógico es una metáfora para comprender el desarrollo de los procesos educativos centrados en la racionalidad propia de una época. Esto significa que un modelo pedagógico es una representación de los procesos y prácticas que fundamentan el quehacer presente y prospectivo de una institución educativa, el cual se fundamenta en una u otra perspectiva teórica.
Flores (1994) considera, por ejemplo, que un modelo pedagógico “es la representación de las relaciones que predominan en una teoría pedagógica. Es también un paradigma que puede coexistir con otros y que sirve para organizar la búsqueda de nuevos conocimientos en el campo de la pedagogía” (p.175).
Por su parte, para Zuluaga (1987) todo modelo pedagógico descansa en un discurso pedagógico que “conceptualiza, aplica y experimenta los conocimientos referentes a la enseñanza de los saberes específicos, en las diferentes culturas” (p.192). Desde su perspectiva, “los modelos pedagógicos son representaciones ideales del mundo real de lo educativo, para explicar teóricamente su hacer.
Se construyen a partir de un ideal de hombre y de mujer que la sociedad concibe” ( p.46). Con referencia a los modelos pedagógicos, Zubiría (2006) manifiesta su importancia como ideales a seguir en el proceso de formación. Este autor avanza en la clasificación de dos grandes bloques de modelos pedagógicos: auto estructurantes y hetero estructurantes.
Como puede observarse, el concepto de modelo pedagógico da cuenta de las tensiones, conflictos, límites y limitaciones entre las diversas posiciones discursivas que van surgiendo, se independizan y forman espacios autónomos con sus propios objetos de indagación y la recurrencia a métodos y enfoques investigativos diversos, orientados a configurar formas de modelación expresa de gobierno de los individuos en los procesos de escolarización.
Trayectos históricos de la pedagogía y los modelos pedagógicos Todo acontecimiento se inscribe en la vida individual o colectiva y puede constituirse en una fuerza social o espiritual que, bajo condiciones especiales, se vuelve trascendente, más allá del tiempo y del espacio.
Este es el caso de la educación, que en la historia puede tomarse como un acontecimiento colectivo que influye en grupos e individuos en un esfuerzo permanente por conservar un cierto orden externo e interno. En este sentido tiene su propio ritmo y su propio desarrollo (Koselleck, 1979), pues como plantea Herder, citado por Koselleck (1979) “cada objeto cambiante tiene la medida de su tiempo en sí mismo” (p.14).
Esta cita puede aplicarse a los modelos pedagógicos que se transforman conforme cambian las bases sociales de época en época. Así, por ejemplo, los textos Sobre Pedagogía de Kant, Pedagogía general derivada del fin de la educación, de Herbart (1808) y Escritos pedagógicos, de Hegel, son expresiones del pensamiento pedagógico de los siglos XVIII y XIX.
- Podríamos decir que a ellos subyacen modelos pedagógicos de fundamento filosófico.
- Por lo general, los ideales de la educación se expresan o manifiestan en modelos que se configuran como fuerzas reguladoras que actúan en la vida social e individual en un período determinado.
- Dichos modelos incluyen discursos, prácticas y procesos de todo tipo, que a lo largo de la historia han permitido actuar sobre el ser y el hacer de los individuos y grupos.
De hecho, tales discursos y prácticas configuran cadenas de acontecimientos (Koselleck, 1979) que pueden convertirse en objetos de investigación histórica. De esta forma, la historia de los modelos pedagógicos, en su más amplio sentido, nos permiten la comprensión de la formación de los seres humanos de conformidad con el espíritu de una época.
- En su obra Paideia, por ejemplo, Jaeger (1957) manifiesta que “todo pueblo que alcanza un cierto grado de desarrollo se halla naturalmente inclinado a practicar la educación.
- La educación es el principio mediante el cual la comunidad humana conserva y transmite su peculiaridad física y espiritual” (p.3).
Este principio, difuso en toda la vida social y cultural, por ejemplo, era transversal a la poesía, el arte, la filosofía, la política, así como a todas aquellas prácticas orientadas a convertir al hombre en un ciudadano. Podríamos decir que la educación en Grecia respondía a un modelo de formación que era transversal a todas las actividades del ser humano.
En la Edad Media la Escolástica definió el sentido del saber. De acuerdo con Vergara (2000) la escolástica representa “el deseo de plenitud intelectual que forma parte de la estructura espiritual del hombre” (p.422). La escolástica se asocia al enciclopedismo teocéntrico de la Baja Edad Media. Considera que “para el hombre del medioevo, y sobre todo para un escolástico () el acceso a la felicidad, a la sabiduría, era un proceso eminentemente intelectual de progresión continua que, aunque requiriera auxilio de la fe y de la ciencia, se hallaba ligado inexorablemente a la memoria del pasado” (p.425).
La Escolástica representa no solo el dinamismo intelectual de los siglos XII y XIII, como plantea el autor, sino -también- un modelo de enseñanza-aprendizaje en el cual, por ejemplo, el desarrollo de la memoria era fundamental en la adquisición del saber.
Se realizaba en tres etapas: “la lecctio (lección- lectura), la quaestión (cuestión) disputatión (p.1). Entre los siglos XV y XIX, la producción pedagógica es muy amplia y se presentan diferentes rupturas, discontinuidades y transformaciones conceptuales que rompen tradiciones y permiten, apropiando a Foucault (1972), repensar la dispersión de las ideas pedagógicas presentes en los modelos pedagógicos.
En este sentido, las obras producidas no pueden analizarse historiográficamente una a una por sus autores sino por la manera como los conceptos, métodos o técnicas se van diferenciando y articulando alrededor de nuevos discursos que recorren estos siglos.
Uno de los aspectos, que vincula la pedagogía en este largo periodo, es el interés por formar en la verdad, en la crítica y en la acción. Por esto, de un modelo pedagógico centrado en la enseñanza, cuyos contenidos proclamaban en todo momento la presencia de Dios, se trasciendo en un modelo pedagógico centrado en el hombre.
Podría decirse que si bien hubo grandes rupturas con el contenido de los discursos (de Dios al hombre, y del hombre a la ciencia, al conocimiento), las prácticas permanecieron en un nivel instrumental y respondieron a una racionalidad técnica que bien puede ejemplificarse con las obras de Juan Luis Vives, Juan Amos Comenio, Rousseau, Pestalozzi, Herbart, Kant y gran parte de los filósofos alemanes.
Por esto, hablar de la producción teórica sobre modelo pedagógico es situarse más allá de la búsqueda de la unidad o individualización de los discursos producidos. En este sentido, resulta de interés considerar que el sistema de dispersión discursiva de conceptos, temas, teorías, prácticas, que van del siglo XIII al siglo XIX 2 configura lo que Foucault (1972) ha denominado una “formación discursiva” (p.62).
Como hecho histórico, la pedagogía expresa, entonces, la relación triádica entre sociedad, cultura y educación. Si cambian las bases sociales cambia la cultura y si cambia la cultura cambia la educación y sus bases pedagógicas. Dicho de otra manera, si hay crisis en las bases sociales hay crisis en la cultura y en la pedagogía.
Esto es lo que hace que la pedagogía se convierta en un objeto de estudio controversial, pues está ligada no solo a la reproducción, sino también al cambio y a la crisis que se dan en la historia de la educación. En este sentido, la pedagogía configura una especie de hibridaje de las prácticas pedagógicas del pasado con las del presente.
Esto le asigna una especia de carácter transhistórico. Así, por ejemplo, refiriéndose al movimiento de la Escuela Nueva Filho (citado por Marín, s.f.) considera “dando por sentado que no existe institución más antigua que la de educar, puede asegurarse, también, que no hay novedad más vieja que la de la Escuela Nueva” (p.23).
- En este mismo sentido, Wyneken (citado por Núñez, 2007) manifiesta que “la perplejidad de la pedagogía y su conflicto de conciencia están condicionados temporal e históricamente: son un fenómeno típico de una época de transición: una época de disolución y nueva formación” (p.11).
- Como puede observarse, la pedagogía y los modelos pedagógicos, en los cuales se materializan sus fundamentos, resultan de sus relaciones con la cultura y se fundamentan en los discursos de cada época histórica y se convierten en los referentes básicos de todo su quehacer.
De allí que los rasgos culturales del pasado permanezcan sedimentados en las prácticas pedagógicas de cada presente histórico. Esto permite establece una cierta ecuación entre pedagogía y cultura. Por esto, como plantea Abbagnano y Visalberghi (1964) “El carácter más general y fundamental de una cultura es que debe ser aprendida, o sea, trasmitida en alguna forma” (p.6).
La cultura modela y el modelo pedagógico puede entenderse como el paradigma cultural de una época. Hasta aquí podemos considerar que el estado de la producción alrededor del concepto de modelo pedagógico, o modelo de formación, no puede referirse únicamente a la producción reciente de un determinado tipo de sujeto.
Aquí es importante establecer una relación semántica entre uno y otro (modelo pedagógico y modelo de formación). Todo modelo pedagógico es en cierta manera un modelo de formación, ya que la formación reclama para si misma una orientación derivada de aquellos principios y discursos que son la base de uno o varios modelos pedagógicos.
- No obstante, un modelo de formación abarca más componentes que un modelo pedagógico.
- Por ejemplo, un modelo de formación implica la articulación de otros sistemas como el currículo y la evaluación.
- Los modelos pedagógicos han sido históricamente parte de la racionalidad educativa que, desde nuestro punto de vista, se inscribe en la racionalidad instrumental que en términos de Weber (1977) ha sido definida como la acción con arreglo a fines, esto es, la acción “determinada por expectativas en el comportamiento, tanto de objetos del mundo exterior como de otros hombres, y utilizando esas expectativas como condiciones o medios para el logro de fines propios racionalmente sopesados y perseguidos” (p.20).
Desde esta perspectiva, podríamos decir que en la historia de los modelos pedagógicos están presentes actores cuya acción social consciente ha respondido a fines educativos determinados, acción regulada por medios determinados para el logro de dichos fines.
Desde este punto de vista, la historia de los modelos pedagógicos está asociada a la historia de la constitución de una conciencia e identidad cultural específica, regulada por métodos y procedimientos propios de la época (y de su saber y cultura), que constituyen una guía para la acción formadora del ser y la sociedad.
Así, por ejemplo, los modelos de la paideia griega y romana, como plantea Merani (1969), tendían a formar un hombre para “desempeñarse en un mundo sin presuntos cambios, estático, basado en la perennidad teórica de las instituciones y el ejemplo de la propia clase, superior por privilegio divino” (p.18).
- Hoy este punto de vista ha sido reconceptualizado por otros principios y valores socioculturales y se han modificado los medios de su reproducción.
- Otro ejemplo es el modelo pedagógico de Luis Vives, en el cual se conjugan cuatro realidades (o racionalidades) a saber: () la realidad teleológica, es decir, cifrada en el fin de la educación.
La realidad personal, que surge de la comunicación misma de maestros y discípulos, de padres e hijos. La realidad mesológica, e instrumental, referida a las disciplinas escolares, o materias que constituyen el «currículum» humanista, así como a los medios que concurren en el proceso educativo (Capitan, 1984, p.17),
El ejemplo que se plantea muestra una cierta discontinuidad entre el modelo pedagógico de la Universidad en la Edad Media, centrado en la razón per se, y el modelo pedagógico del siglo XV que vislumbra una cierta racionalidad pedagógica, asociada al cultivo del saber y de las ciencias. En el siglo XVI puede observarse el tránsito a una racionalidad del método que muestra ya un carácter sistemático y que puede considerarse un principio arqueológico de lo que será la instrumentalidad del currículo y la pedagogía.
Aparece una tendencia universalista porque la pedagogía está dirigida al hombre en general, sin condiciones de ninguna índole. De acuerdo con Zuluaga et al. (2003) los siglos XVI y XVII son fuente de producción de los discursos didáctico, pedagógico y educativo.
- En la modernidad estos discursos adquirieron autonomía y hoy se configuran como campos discursivos diferentes, aunque interrelacionados.
- Entre los siglos XIX y XX, encontramos por una parte la consolidación de las disciplinas como singulares y, por la otra, el surgimiento de nuevas formas de relación entre ellas, que conducen al desarrollo de conceptos como multidisciplinariedad, interdisciplinariedad y transdisciplinariedad.
La hibridación de disciplinas, como plantea Dogan (2003), se convirtió en la superficie de emergencia de numerosos enfoques, teorías, modalidades y modelos que hacen muy difícil elaborar un concepto especifico de modelo pedagógico, dada la diversidad de campos a partir de los cuales se reconceptualiza dicho concepto.
- El siglo XX es un período de grandes transformaciones de los procesos de investigación, del surgimiento de nuevos métodos y enfoques investigativos que debilitan los clásicos métodos disciplinarios y dan origen a nuevas formas de producción del conocimiento.
- Se presenta, como plantea Thomas Kuhn (1985), una revolución paradigmática que genera otras formas de asumir el conocimiento y otras formas de su producción.
Esto ha tenido fuerte incidencia en lo que podemos denominar modelos pedagógicos modernos y postmodernos. A partir de la segunda mitad del siglo XX, el concepto de modelo pedagógico comienza a integrarse a diversos campos y se produce una impresionante explosión semántica del concepto.
En el caso de la educación es conocida la discrecionalidad con la cual se utiliza, que se extiende a todas las prácticas institucionales. Este es un asunto de interés si se considera que el surgimiento de los conceptos educativos, que adjetivan el de modelo, se produjo a finales de la década de los años noventa, cuando comienzan a replantearse los procesos educativos como producto de las transformaciones económicas, que demandan nuevos perfiles profesionales en la educación superior.
Como puede observarse, el concepto de modelo pedagógico proviene de una diversidad de textos cuyos objetos, como plantea Foucault (1972), “no son los mismos para las distintas sociedades, las distintas épocas y las diferentes formas del discurso” (p.67).
Por esta razón podemos decir que formalmente el concepto de modelo pedagógico fue constituyéndose desde la Baja Edad Media, y en siglos subsiguientes, por otro conjunto de conceptos como escuela, aprendizaje, maestro, alumno, pedagógica, didáctica, comunidad educativa, etc. En la misma línea de Foucault (1972), podríamos describir un modelo pedagógico como una formación discursiva que articula instituciones, sujetos, saberes y prácticas que designan un lugar donde se depositan y suponen objetos de conocimiento.
Desde este punto de vista, no puede definirse un modelo pedagógico como una unidad discursiva singular. Quizás la unidad discursiva del modelo se debe, como plantea Foucault (1972), a la distribución del juego de diferencias conceptuales, de reglas o de dominios discursivos que van emergiendo en la historia de una manera discontinua.
Tenemos entonces que, desde una perspectiva foucaultiana, no podríamos definir una fecha de nacimiento del concepto de modelo pedagógico, pues sus superficies de emergencia son diversas y dan cuenta de múltiples objetos que fueron estableciéndose en procesos históricos discontinuos, tal como se planteó lineas atrás.3 En este proceso impreciso de recolección de antecedentes tendríamos que preguntarnos ¿Quién habla?, ¿desde qué posición?, ¿de dónde procede el discurso de quien habla?, y el poder de los discursos que fueron instaurándose como lo que, apropiando a Foucault, podríamos denominar una arqueología del concepto de modelo pedagógico.
En cierta manera, podríamos afirmar que un modelo pedagógico, y su estatuto como concepto, implica saberes, instituciones, sujetos, sistemas, normas pedagógicas, condiciones legales, diferencias y jerarquías que fijan límites al que hacer educativo. De hecho, los desarrollos teóricos y metodológicos alrededor de la pedagogía nunca se consideraron en términos de modelos.
- Es solo a finales del siglo XX cuando la aplicación de este concepto a todo el quehacer educativo se asocia a la racionalidad instrumental que invadió el campo de la educación, tal como se plantea en la sección siguiente.
- Modernidad, postmodernidad y modelos pedagógicos Las relaciones entre modernidad y postmodernidad no son de simple contigüidad, ya que representan dos momentos históricos complejos entre los cuales no hay límites rígidos, y sí desplazamientos, intersecciones, configuraciones, hibridajes, y reconfiguraciones espaciotemporales, culturales, políticas y económicas.
Para Touraine (1994) la modernidad es un movimiento general hacia la apertura, la racionalización y la secularización. En términos generales, significa el tránsito de las formas tradicionales de vida y la ruptura con las bases religiosas de la sociedad.
- Para Habermas (1988) significa el desarrollo sobre la base del crecimiento económico y de nuevas formas de organización del mundo que cambian la estructura de las relaciones sociales, más centradas en el individuo y en sus expectativas personales.
- Según Habermas (1985) “la modernidad se revela contra las funciones normalizadoras de la tradición; la modernidad vive de la experiencia de rebelarse contra todo cuanto es normativo” (p.22).
Desde la perspectiva de Bell (2006) la modernidad está asociada a la racionalidad económica y administrativa y a una desestructuración de la base moral de la sociedad racionalizada. Económicamente la modernidad presupone la racionalidad funcional que opera en términos de la producción-consumo de bienes y servicios.
Políticamente presupone el auge y decadencia del Estado de Bienestar. Las concepciones del mundo rompen con aquellas cimentadas en las tradiciones culturales y producen la diferenciación expresada en la reproducción de patrones culturales distribuidos socialmente, que implican el mantenimiento de jerarquías sociales rígidas.
Para Berman (1988) la modernidad como proceso sociocultural y económico dio lugar a la modernización. Desde su punto de vista, la modernización obedece al despliegue de las fuerzas productivas que dan lugar a la industrialización, al desarrollo científico tecnológico proclamado por la disciplinariedad como el principio regulativo de la investigación, al crecimiento demográfico en torno a las grandes urbes, a la masificación de la educación y su supuesta movilidad social, etc.
En el campo educativo la modernidad instauró una concepción de educación dependiente del Estado, que generó modelos administrativos centralizados, de carácter burocrático-político y dependientes de los desarrollos económicos y tecnológicos. En consecuencia, los modelos pedagógicos estuvieron mediados por la racionalidad instrumental, que en la educación dio origen a una diversidad de enfoques derivados de las perspectivas teóricas de disciplinas como la psicología, la antropología o la filosofía.
Dichos modelos se centraron en el cómo del proceso educativo, esto es, cómo constituir un determinado tipo de identidad pedagógica. Así, por ejemplo, desde la perspectiva conductista de Skinner (1970), el aprendizaje significaba fundamentalmente un cambio en la conducta del aprendiz.
En su obra Tecnología de la enseñanza (1970) propone la instrucción programada, que fue relevante en el campo de la tecnología educativa, y recientemente clave en el enfoque del aprendizaje basado en competencias. La perspectiva de Skinner y sus epígonos dio origen al modelo pedagógico conductista. En términos de Bernstein, este se asocia a los modelos de actuación o desempeño.
Dicho cambio era el resultado de la relación estímulo respuesta. Por su parte, Piaget ( 2014) y Vigotsky (1978), figuras másrelevantes en la psicología de la educación, consideraron la importancia de la maduración y la instrucción en los procesos cognitivos, a pesar de la diferencia de sus enfoques.
- Ambos dieron origen a posiciones constructivistas.
- Piaget al constructivismo psicológico y Vigotsky al constructivismo social (Daniels, 2003),
- Ahora bien, Bernstein (1998) plantea dos tipos de modelos que permiten describir las prácticas pedagógicas y mostrar su influencia en el aprendizaje.
- Su análisis parte del estudio de la convergencia de los campos psicológicos y sociales que se produjeron en la década de los años sesenta.
Agrega que desde este período “la compleja tipología de modos pedagógicos y las identidades que estos proyectan se derivan de dos modelos pedagógicos fundamentales” (p.70). Estos son el modelo de competencia y el modelo de actuación. En el Capítulo III de su libro Pedagogía, control simbólico e identidad realiza una amplia descripción de estos modelos.
- Brevemente, los modelos de actuación se centra en el resultado específico del aprendiz y en las destrezas especializadas, necesarias para la producción de un resultado, ya sea un texto o un producto concreto.
- A su vez, en los modelos centrados en la competencia “se otorga importancia a la realización de las competencias que ya poseen los aprendices o que se supone poseen” (p.74).
Ambos modelos tiene efectos sobre el tiempo, el espacio, el discurso, la evaluación, el control pedagógico, la autonomía pedagógica y la economía pedagógica (pp.73-78). El planteamiento de Bernstein es clave porque permite describir, explicar y analizar la naturaleza de los modelos pedagógicos con independencia de sus autores.
- De hecho, no es fácil elaborar clasificaciones de los modelos pedagógicos ya que, en general, no tienen un sustento teórico o metodológico propio, pues dependen fundamentalmente de la recontextualización que hacen de teorías o enfoques diversos.
- Como se planteó atrás, su finalidad o teleología deriva de soportes teóricos externos a dichos modelos, soportes derivados de las ciencias sociales y psicológicas.
Sin embargo, en el campo de la educación se ha intentado, por diversos autores, elevar al rango de paradigma los modelos pedagógicos, elaborando generalizaciones que intentan caracterizar sus rasgos más evidentes. Así, por ejemplo, Flores (1994) distingue cuatro modelos pedagógicos: pedagógico tradicional que se asocia a la enseñanza tradicional, pedagógico romántico, centrado en el desarrollo del interior del aprendiz; pedagógico conductista, y pedagógico constructivista o cognoscitivista.
En la misma dirección, Viñoles (2013) describe cuatro modelos así: () el modelo tradicional (o academicista) el cual desarrollaba al hombre para que transcendiera hacia el ser supremo y sirviera a los demás, sus saberes eran cultos y clásicos para comunicarse con los otros, su habilidades básicas son la lectura, la escritura y el cálculo, luego se puede mencionar el modelo conductista instrumento solo para el desarrollo económico, el modelo naturalista el cual solo permitía que el niño desarrollara lo bueno de su identidad, sus cualidades y habilidades naturales 4 y por último el modelo constructivista donde hay el desarrollo pleno de las potencialidades del hombre y la mujer y así alcanzar su libertad (pp.8-9).
En su libro Modelos pedagógicos y teorías del aprendizaje, Montoya (2013) elabora una larga lista en la cual clasifica modelos clásicos como los de la escuela pasiva y la escuela activa; establece diferencias entre las concepciones tradicionalista y humanista; la escuela nueva, la tecnología educativa, la escuela del desarrollo integral, e incluye la teopedagogía.
Así mismo, Hermila Loya Chávez (2008) hace referencia a siete modelos pedagógicos en el contexto de la formación de profesores: modelo de adquisiciones académicas, modelo de eficacia social o técnico, modelo naturalista, modelo centrado en el proceso, modelo crítico, modelo reconstruccionista social y modelo situacional.
Dos de estos modelos, el tradicional y el conductista han sido dominantes en América Latina.5 El modelo tradicional se basa, como dijimos atrás, en la soberanía del maestro, quien instruye o enseña, regula, castiga y mantiene una jerarquía explicita con los alumnos.
Este modelo se basa en una enseñanza verbalista. La selección y organización de los contenidos se realiza de manera rígida; el ritmo del aprendizaje es vertiginoso y la evaluación se basa en criterios explícitos que hacen énfasis en lo que falta en la producción de los estudiantes (Bernstein, 1998),
La enseñanza es unidireccional y el estudiante debe asumir un comportamiento pasivo, debido a que es el docente quien regula la comunicación: quién puede hablar, en qué momento, sobre qué, etc. Con este modelo, que aún en pleno siglo XX tiene vigencia, se han formado muchas generaciones en América Latina.
Ha tenido un impacto muy grande sobre las disposiciones de los estudiantes, porque básicamente el aprendizaje no va más allá de lo legítimamente pensable, lo que esta materializado de manera concreta y explícita en el currículo. Quizás esto ha conducido a producir en los educandos una disposición a no pensar y a no investigar, con todas las consecuencias culturales, laborales y sobre todo para la investigación.
Como complementario del modelo tradicional está el modelo conductista. “La idea principal del modelo conductista es que el ser humano está determinado por su entorno y que la única manera de entender su comportamiento es a través del estudio de sus conductas observables” (Viñoles, 2013, p.13),
Tienen sus fuentes en la psicología conductista de Watson. Se basa en la regulación de la conducta observable. Según Ribes (1995), la psicología de Watson descartaba el interior, la conciencia y “reducía lo psicológico a una característica de la conducta humana” (p.69). De esta manera pensar, por ejemplo, era una conducta verbal.
Uno de los representantes más importantes del conductismo en la educación fue Skinner, para quien el aprendizaje es un cambio de conducta que está asociado a la relación estímulo-respuesta. González (2004) 6 describe los puntos esenciales del conductismo en la educación: a) el aprendizaje va de lo simple a lo complejo, de allí la necesidad de fragmentar el aprendizaje de conocimientos más elementales que se aprenden, debido a las frecuencias de la repetición; b) el aprendizaje debe plantearse en términos de conductas observables.
En este sentido, sus objetivos deben ser observables; c) las secuencias del aprendizaje deben tener una progresiva complejidad; d) en el aprendizaje debe darse un permanente e inmediato refuerzo de cara a las respuestas de los alumnos; y e) la conducta del aprendizaje es un evento individual. La importancia de Skinner se debió también a su influencia en la enseñanza programada, que tuvo su apogeo en las décadas de los años 60 y 70, del siglo pasado, en América Latina.
En Colombia, por ejemplo, fue la fuente de la tecnología de la enseñanza. A pesar de su debilitamiento como enfoque pedagógico, el conductismo aún persiste en enfoques más reciente, esto es, el de la formación basada en competencias, que en el fondo se centra más en la valoración de desempeños observables y en la fragmentación de técnicas, tareas, prácticas y áreas de trabajo, de las cuales se abstraen sus rasgos pertinentes.
- Como modelos alternativos al tradicional y al conductista, desde la segunda mitad del siglo XX aparecieron una diversidad de modelos centrados en el aprendizaje, a diferencia de los anteriores (tradicional y conductista), que estaban centrados en la enseñanza.
- Dichos modelos apelan a nuevos puntos de vista de la psicología, la sociología y la antropología, y se orientan a producir otros modos de actuación de los aprendices.
Podría decirse que tienen su fuente en el discurso del enfoque constructivista psicogenético (Piaget, 1968, 1980 ; Mussen, 1970) y en el constructivismo sociocultural de Vigotsky (1978, 1998), También en el del cognoscitivismo. Estos modelos tienen relativa similitud en los procedimientos, en la medida que parten de la consideración de los aspectos o rasgos comunes de los aprendices.
- Por esta razón fundamentan nuevos enfoques del aprendizaje.
- También plantean la importancia del compromiso, motivación y atributos personales de los docentes, rasgos que son específicos para cada modelo.
- Entre los modelos más conocidos están el aprendizaje significativo (Ausubel et al., 1983 ; Ausubel y Sullivan, 1983) ; el aprendizaje por descubrimiento (Bruner y Olson 1973 ; Bruner, 1988) ; el aprendizaje situado/participación periférica (Lave y Wenger, 1991) ; las comunidades de práctica (Wenger, 1998) y Aprendizaje expansivo (Engeström, 2001),
Como hemos dicho, derivan de los enfoques o perspectivas descritas atrás. Sobre estos modelos la literatura es muy amplia, relativamente compleja y han dado origen a numerosos estudios comparativos y críticos alrededor de la educación (Carretero, 1993 ; Moll, 1993 ; Delval, 1997 ; Aznar, 1992),
- No puede establecerse un corte abrupto entre modelos pedagógicos modernos y postmodernos.
- Lo que generalmente se encuentra en los sistemas educativos son variaciones de un nivel a otro, o de una institución a otra.
- También se asumen modelos como parte de las políticas nacionales.
- Lo que si puede observarse son las diferencias significativas entre los modelos modernos y aquellos inspirados en el constructivismo.
Estas diferencias tienen que ver con la manera como reescriben la discusión epistemológica y reivindican el papel que juegan perspectivas como la hermenéutica, la fenomenología, y en general, enfoques cualitativos propios de los micro contextos en los cuales los sujetos desarrollan su capacidad interpretativa, su capacidad para el aprendizaje autónomo y su interés en participar en la construcción del conocimiento (Camejo, 2006),
Es importante considerar que la postmodernidad anuncia profundas transformaciones en la cultura, el conocimiento, la subjetividad y la identidad. El auge de la interdisciplinariedad y la transdisciplinariedad trascienden la mirada disciplinaria que fue hegemónica por siglos. Autores como Lyotard (1987), Gibbons (1998), Dogan (1997), Becher (2002) y otros, muestran las profundas grietas que nuevas formas de producción del conocimiento produjeron sobre las disciplinas.
El efecto sobre la educación se ha expresado en orientaciones hacia propuestas integradas del currículo, donde la transversalidad ha devenido un principio sustancial de la organización curricular, que promueve el desarrollo de competencias. La postmodernidad es la expresión cultural que hace parte de la transformación en la economía política del capitalismo tardío de dicho siglo, que trajo consigo “cambios radicales en los procesos laborales, los hábitos del consumidor, las configuraciones geográficas y geopolíticas, los poderes y prácticas estatales, y otros aspectos similares” (p.143).
En este contexto, agrega Harvey (1998) que se producen nuevas orientaciones sociales y psicológicas, como el individualismo y el impulso de realización personal a través de la autoexpresión, la búsqueda de seguridad y de identidad colectiva, la necesidad de alcanzar auto-respeto, estatus, o alguna otra marca de identidad individual, juegan un rol en la definición de las modalidades de consumo y en los estilos de vida (p.145).
La postmodernidad, vinculada a los procesos de globalización, hace del mercado el principio básico de la cultura y de la vida. El consumo tecnológico se convierte en un medio de transformación de los estilos de vida, que ahora se convierten en estilos de vida tecnológicos (Lash y Urry, 2001),
Para estos autores “la posmodernidad individualizante obliga a los sujetos a ser reflexivos y a tomar decisiones continuamente sobre su modo de realizar las actividades diarias” (p.19.) Este punto de vista tiene cierta relación con los movimientos epistemológicos que surgen como alternativa a la visión moderna de sociedad, sujeto, educación o aprendizaje, entre ellos el constructivismo, que al lado de la fenomenología y de la perspectiva de la complejidad (Morin, 1990 ; 1999) señalan la importancia de ser los constructores de nuestra realidad en la cual vivimos, experimentamos, pensamos y actuamos.
Por esta razón, la época actual (siglo XXI) es una invitación a actuar como constructores de nuestro propio destino, de nuestro propio conocimiento. En este sentido, y apropiando a Piaget, Camejo (2006) considera “la filosófica constructivista implica que el conocimiento humano no se recibe en forma pasiva ni del mundo ni de nadie, sino que es procesado y construido activamente” (p.3).
- De allí que el enfoque constructivista y el pensamiento postmoderno vayan de la mano en el sentido que coinciden en que “estamos inmersos en la subjetividad, nada es objetivo, la realidad se construye” (Camejo, p.8).
- Esto nos permite decir que la postmodernidad le apuesta a una subjetividad constructivista.
Al respecto, Campos (2004) plantea que “el discurso postmoderno insiste en la construcción social, discursiva de la realidad y de la subjetividad” (p.1). En este sentido, privilegia posturas individualistas, estilos de vida propios, éticas personales que subvaloran la ética supraindividual.
En relación con el conocimiento, Campos (2004) plantea que en la postmodernidad “la gestión social del conocimiento articula algunas concepciones y técnicas tales como Conocimiento Organizacional, Aprendizaje Organizacional, Conocimiento Socialmente Distribuido y Gestión por Competencias” (p.1).7 En relación con el sujeto postmoderno plantea que “si los sujetos son entendidos como fuentes de acción; la producción discursiva de organización debe pasar necesariamente por la producción discursiva de sujetos” (p.2).
Agrega que En este proceso, los discursos sobre autonomía, logro personal y libertad han jugado significativamente este papel articulador. Los sujetos son incluidos en la práctica autoral del manager en tanto sujetos ‘libres’, ‘autogestionados’ y ‘automotivados’ que eligen desde sí, desde su interioridad, su participación intensa en la organización (p.3).
- Como puede observarse, hay una relación estrecha entre los planteamientos constructivistas y la concepción postmoderna de conocimiento, sociedad y sujeto, cultura y educación.
- En el caso de la cultura se redefinen la familia, las relaciones de género, la sexualidad y la personalidad.
- Los individuos son más flexibles y deben reestructurar permanentemente su ‘yo’; producen formas de socialización, en lugar de seguir modelos de conducta.
Las relaciones humanas se generan en los espacios atemporales de redes y medios, donde no existe lo predecible (Alfaro, 2011, p.5), En el caso de la educación, los enfoques constructivistas han dado origen a formas de aprendizaje autónomo, que se fundamentan en la concepción de que el alumno es el constructor de sus propios conocimientos, que aprende a otra velocidad, es icónico, multitareas, adaptable a diversas formas de aprendizaje y que además debe ser creativo, innovador, emprendedor y -fundamentalmente- flexible; que se apropia rápidamente de las tecnologías de la información y la comunicación.
- Esto implica la generación de modelos pedagógicos nuevos, fundamentados en la flexibilidad, la complejidad o la transversalidad; en las tecnologías de la información y la comunicación (conectividad); en la movilidad y la promoción de sujetos emprendedores.
- Es claro que no todos los modelos pedagógicos, nuevos o postmodernos, se inscriben en las demandas de la globalización.
Hoy es posible pensar en la necesidad de producir modelos alternativos que proporcionen a los estudiantes las herramientas analíticas y criticas para que puedan pensar de otra manera la forma como se promociona el conocimiento, el aprendizaje y las actitudes vinculadas al servicio de las políticas educativas que agencian, a su vez, las políticas globales propias de la economía de la globalización.
Conclusiones En este artículo se ha intentado presentar, de manera resumida, los aspectos históricos de los modelos pedagógicos y analizar los fundamentos de algunos de ellos. Se partió de una breve descripción del concepto de modelo, se avanzó en el análisis del concepto de modelo pedagógico y se realizó una interpretación de la naturaleza y función de los modelos pedagógicos en la modernidad y en la postmodernidad.
El análisis realizado ha tenido un sentido crítico sobre la necesidad de pensar de manera alternativa la concepción de modelo pedagógico, que como se sabe es el fundamento de las prácticas pedagógicas que permiten orientar la interacción de maestros y alumnos.
- Se trata de incentivar nuevas formas de asumir la educación y en ella la de promover mentalidades críticas que puedan comprender lo que significan los signos y significados de nuestros tiempos, que requieren una reconstrucción del mundo en que vivimos.
- Referencias Abbagnano N., y Visalberghi, A. (1964).
Historia de la Pedagogía, Fondo de Cultura Económica. Alfaro Ramírez, T. (2011). Desafío docente: el alumno postmoderno. Docencia Universitaria, 5(1), 1-11. Ausubel, D., Novak, J., y Hanesian, H. (1983). Psicología Educativa: Un punto de vista cognoscitivo,
- Editorial Trillas.
- Ausubel, D., y Sullivan, E. (1983).
- El desarrollo infantil, Tomo 2. Paidós. Aznar, P. (1992).
- Constructivismo y educación,
- Tirant lo blanch.
- Badiou, A. (1972).
- El concepto de Modelo,
- Bases para una epistemología Materialista de las Matemáticas,
- Editorial.
- S iglo XXI.
- Becher, T. (2002).
- Tribus y territorios académicos,
Editorial Gedisa. Bell, D. (2006 ). Las contradicciones culturales del Capitalismo, Alianza Editorial. Berman, M. (1988). Todo lo sólido se desvanece en el aire. La experiencia de a modernidad, Siglo XXI Editores. Bernstein, B. (1998). Pedagogía, control simbólico e identidad,
- Ediciones Morata.
- Bruner, J. (1988).
- Desarrollo cognitivo y educación,
- Ediciones Morata.
- Bruner, J., y Olson, D. (1973).
- Aprendizaje por experiencia directa y aprendizaje por experiencia mediatizada.
- Revista Perspectivas, 1-14.
- Camejo R, A. (2006).
- La epistemología constructivista en el contexto de la postmodernidad.
Nómadas. Critical Journal of Social and Juridical Sciences, 14(2), 1-8. Campos, V.S. (2004). Teoría(s) organizacional(es) postmoderna(s) y la gestión del sujeto postmoderno. Athenea Digital, (6). https://ddd.uab.cat/pub/athdig/15788946n6/15788946n6a33.htm Capitan Díaz, A.
- 1984). El humanismo pedagógico de Luis Vives,
- Https://digitum.um.es/digitum/bitstream/10201/49959/1/El%20 humanismo%20pedag%c3%b3gico.pdf Carretero, M.C. (1993).
- Constructivismo y Educación, Aique.
- Daniels, H. (2003).
- Vigotsky y la pedagogía,
- Paidós De la Garza Toledo, E., y Neffa, J.C.
- 2011) Modelos económicos, modelo productivo y estrategias de ganancia: conceptos y problematización.
Cuadernos del Pensamiento Crítico Latinoamericano, (39), 1-5. Delval, J. (1997). Hoy todos son constructivistas. Cuadernos de Pedagogía, (257), 78-84. Diaz Villa, M. (1990). De la práctica pedagógica al texto pedagógico. Pedagogía y Saberes, (1), 15-27. Dogan, M.
(1997). Las nuevas ciencias sociales: grietas en las murallas de las disciplinas. Revista Internacional de Ciencias Sociales, (153). Dogan, M. (2003). Las nuevas ciencias sociales: grietas en las murallas de las disciplinas, https://metodologiasdelainvestigacion.wordpress.com/2010/11 /20/las-nuevas-ciencias-sociales-grietas-en-las-murallas-de-las-disciplinas-mattei-dogan-unesco/ Engeström, Y.
(2001). El aprendizaje expansivo en el trabajo: hacia una reconceptualización teórica de la actividad. Journal of Education and Work, 14(1), 1-16. http://bibliopsi.org/docs/carreras/obligatorias/CFG/general/colombo/Engestrom%20-%20El%20Aprendizaje%20Expansivo%20en%20El%20Trabajo.pdf Flores Ochoa, R.
(1994). Pedagogía y conocimiento, Mc Graw Hill. Foucault, M. (1972). La Arqueología del Saber, Siglo XXI Editores. Gibbons, M. (1998). Pertinencia de la educación superior en el siglo XXI, González Zepeda, A. (2004). Aportaciones de la psicología conductual a la educación. Revista Electrónica Sinéctica, 25, 15-22.
Habermas, J. (1885). La modernidad, un proyecto incompleto. En H. Foster (ed.), La posmodernidad, Editorial Kairós. Habermas, J. (1987). Teoría de la acción comunicativa Tomo I. Racionalidad de la acción y racionalidad social, Taurus. Habermas, J. (1988). El criticismo neoconservador de la cultura en los Estados Unidos y en Alemsnis Occidental: un movimiento intelectual en dos culturas políticas.
En R. Bernstein (ed.), Habermas y la modernidad, Ediciones Cátedra. Harvey, D. (1998). La condición de la posmodernidad. Investigación sobre los orígenes del cambio cultural, Amorrortu Editores. Hegel, G.W.F. ( 1991). Escritos Pedagógicos, Fondo de Cultura Económica. Herbart, J.F. (1806). Pedagogía general derivada del fin de la educación,
Ediciones de la lectura. Jaeger, W. (1957). Paideia, Fondo de Cultura Económica. Kant, E. ( 1985). Tratado de pedagogía, Ediciones Rosaristas. Koselleck, R. (1979). Pasado y futuro. Para una semántica de los tiempos históricos, Editorial Paidós. Kuhn, T. (1985).
La estructura de las revoluciones científicas, Fondo de Cultura Económica. Lash, S., y Urry, J. (ed.) (2001). Economías de signos y espacios. Sobre el capitalismo de la posorganización, Amorrortu. Lave, J., y Wenger, E. (1991). Situated Learning: Legitimate Peripheral Participation, Cambridge University Press.
Loya Chávez, H. (2008). Los modelos pedagógicos en la formación de profesores. Revista Iberoamericana de Educación, (46), 3-25. Lyotard, F. (1987). La condición postmoderna. Informe sobre le saber, Ediciones Cátedra. Marín Ibañez, R. (s.f.). Los ideales de la escuela nueva,
Https://redined.educacion.gob.es/xmlui/bitstream/handle/11162/71523/00820073003026.pdf?sequence=1 Merani, A. (1969). Psicología y Pedagogía, Grijalbo. Moll, L.C. (1993). Vigotsky y la Educación. Connotaciones y aplicaciones de la psicología sociohistórica a la educación, Aique. Montoya, D. (2013). Modelos pedagógicos y teorías del aprendizaje,
Ediciones de la U. Morin, E. (1990). Introducción al Pensamiento Complejo, Gedisa Editorial. Morin, E. (1999). La Cabeza Bien Puesta: Repensar la reforma, reformar el pensamiento, Ediciones Nueva Visión. Mussen, P.H. (ed.). (1970). Piaget´s Theory. En Carmichael´s Manual of Child Psychology (pp.1-28).
- John Wiley / Sons INC. Núñez, V.
- 2007) Prologo. En Z.
- Bauman, Los retos de la educación en la modernidad líquida,
- Editorial Gedisa.
- Piaget, J. ( 2014).
- El nacimiento de la inteligencia en el niño,
- Editorial Crítica.
- Piaget, J. (1968).
- Educación e Instrucción, Proteo.
- Piaget, J. (1980).
- Psicología y Pedagogía,
- Editorial Ariel.
Ribes, E. (1995). John B. Watson. El conductismo y la fundación de una psicología científica. Acta Comportamentalia, 3, 66-78. Skinner, B.F. (1970). La tecnología de enseñanza, MacGraw Hill. Touraine, A. (1994). Crítica de la modernidad, Fondo de Cultura Económica.
Vergara Ciordia, J. (2000). El sentido del saber de la Escolástica medieval. Espacio, Tiempo y Forma. Serie III Historia Medieval 1(13), 421-434. Vigotsky, L.S. (1978). En M. Cole, J. Steiner, S. Scribner y E. Souberman (eds.). El desarrollo de los procesos psicológicos superiores, Editorial Crítica / Grupo Editorial Grijalbo.
http://www.terras.edu.ar/biblioteca/6/TA_Vygotzky_Unidad_1.pdf Vigotsky, L.S. (1998). Pensamiento y lenguaje, Editorial Pueblo y Educación. Viñoles, M.A. (2013). Conductismo y constructivismo: modelos pedagógicos con argumentos en la educación comparada,
Weber, M. ( 1977). Economía y Sociedad, Fondo de Cultura Económica. Wenger, E. (1998). Communities of practice: Learning, meaning, and identity, Cambridge University Press. Zubiría Samper, J. (2006). Los modelos pedagógicos. Hacia una pedagogía dialogante, Cooperativa Editorial Magisterio. Zuluaga, O.L. (1987).
Pedagogía e Historia, Ediciones Foro Nacional por Colombia. Zuluaga, O.L., Echeverry S.A., Martínez, B.A., Quiceno, C.H., Sáenz O.J., y Álvarez, G.A. (2003). Pedagogía y Epistemología, Editorial Magisterio. Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons
¿Qué tan difícil es la carrera de pedagogía?
El grado de pedagogía es otra de las carreras consideradas fáciles.
¿Qué tan buena es la carrera de pedagogía?
Es una profesión que ofrece muchas oportunidades tanto de promoción profesional, como de desarrollo personal. Además, es una actividad profesional muy estable con un salario medio elevado. Por último, es una profesión muy gratificante que te permite marcar la diferencia en la vida de los demás.
¿Cuál es el costo de la carrera de pedagogía?
El costo de estudiar Pedagogía dependerá de la institución en la que quieras estudiar. De acuerdo con la guía ‘Mejores Universidades 2022’ de EL UNIVERSAL, en una universidad pública, la carrera cuesta en promedio 27,965 pesos.
¿Cuál es la función de un pedagogo?
Un pedagogo es un profesional, titulado en pedagogía, experto en procesos educativos y de formación a nivel educativo y social a lo largo de la vida, dedicado a realizar intervenciones, diseñar planes y proyectos, así como a analizar y planificar la formación en diversos ámbitos.
¿Qué relación hay entre el docente y la pedagogía?
La función del docente, no es solo dar clase y brindar información teórica, también debe desarrollar el acto mismo de dedicar conocimiento con toda la pedagogía que requiere para la construcción de nuevos saberes que resignifiquen la realidad del estudiante.
¿Qué diferencia hay entre la educación y la pedagogía?
Relación entre educación y pedagogía – La etimología de la educación proviene de las raíces latinas educare, que se traduce en criar, alimentar y la palabra exducere, que significa sacar; utilizada antiguamente para nombrar las actividades de pastoreo de animales.
De forma simplista se podría definir la palabra “educación” como el conjunto de elementos presentes en cualquier área del conocimiento ordenados sistemáticamente, aceptados moralmente por la sociedad y difundidos por un educador que no necesariamente es un maestro o profesor. Esta puede ser cualquier persona perteneciente a un grupo social que de forma directa o indirecta se encargue de impartir los conocimientos al educar y esto se repite y mantiene de generación en generación y ocasiona un cambio conductual en este último.
La relación entre ambas es que la educación es el objeto de estudio de la pedagogía, la cual aún en la actualidad es el centro de debates en donde unos pregonan la validez de esta área del conocimiento como ciencia y otros la entienden como un arte. Lo que conocemos de esto es que el origen de la palabra es griego y fue utilizada para nombrar a los esclavos que debían cuidar o servir de guías de los hijos de los amos hasta el lugar en donde serían educados.
- En la actualidad sabemos que la pedagogía es la encargada de establecer las formas más idóneas para lograr que la educación alcance su objetivo, pero al mismo tiempo fija las líneas de pensamiento que evalúan su resultado.
- Las estudia, analiza y expone de forma breve para después replantear y cuestionar nuevamente las formas de trabajo y objetivos de el proceso educativo en sí mismo.
Como puedes ver, educación y pedagogía son conceptos muy cercanos y ambos influyen en el aprendizaje humano, La educación es el proceso de aprendizaje de un individuo y la pedagogía es el área del conocimiento que se encarga de lograr los métodos para que un individuo aprenda de forma más eficiente la relación de estas dos áreas que forman las bases sólidas de una sociedad.
¿Crees que la Pedagogía es para ti? Si decides emprender esta aventura, una vez egresado de la licenciatura podrás tener la habilidad de transmitir de forma correcta tus conocimientos e identificar los problemas de aprendizaje que un individuo pueda estar enfrentando y, a la vez, podrás sugerir e implementar técnicas adecuadas para lograr una solución.
No se trata sólo de educar, hay que saber cómo hacerlo y la Pedagogía es una carrera que te brindará las mejores herramientas para poder ayudar a quien requiera facilitar su proceso de aprendizaje en algún área en especifico. Mostrar las mejores vías de aprendizaje a una persona le puede ayudar a comprender más rápido detalles sobre algún tema e invertir tiempo en innovar o modificar algo ya creado y dejarlo como aporte a la sociedad y generaciones futuras.
¿Qué hace un pedagogo en la escuela?
¿Qué es la pedagogía? – Es común confundir la labor de los docentes y la de los pedagogos pues, aunque ambos se dedican al ámbito educativo, cada profesión tiene un enfoque muy diferente. Mientras que la docencia es la actividad de enseñar, es decir, pararse frente a un salón de clases para transmitir conocimientos a otros; la pedagogía es una ciencia que estudia la educación con el fin de analizarla y perfeccionarla.